Hace algunos días, el Senado aprobó un proyecto de Reforma Constitucional que modifica la Carta Fundamental para “proteger la integridad y la indemnidad mental de los avances y capacidades desarrolladas por la neurotecnologías”. El objetivo de esta legislación es proteger la privacidad mental, la intimidad y el derecho a la identidad individual de hombres y mujeres ante el avance de la Inteligencia Artificial (IA) y la conexión con el cerebro.
Esto ocurre en el contexto de que actualmente surgen dudas y preocupaciones acerca de los llamados “neurodatos” que influyen en nuestras decisiones personales, y que son motivo de alerta en toda la comunidad científica del planeta. Por ejemplo, existen programas que son capaces de leer nuestras mentes, nuestros gustos, emociones, memorias y estados de ánimo, lo que realmente es peligroso y parece el argumento de una película de ciencia ficción.
En este contexto, el senador Kenneth Pugh participó recientemente en el Cuarto Encuentro de Innovación Pública, INNOVAPOLINAV 2021, en el que justamente se abordaron temas de ética e IA en nuestro país. Los expertos que estuvieron en el evento plantearon que a raíz de los avances de la IA las personas podrían perder sus trabajos debido a la automatización, su sentido de ser únicos y algunos de sus derechos de privacidad.
“Chile será el primer país en el mundo en tener una ley de neuroderechos, pero nos quedan muchos desafíos relacionados a los avances de la Inteligencia Artificial y otras tecnologías, ya que, por ejemplo, la automatización avanzada tendrá un efecto en los empleos de millones de personas y si es que no logramos capacitar a tiempo a estos trabajadores en otras áreas del conocimiento o funciones, van a perder sus puestos de trabajo. Lo estamos viendo a diario en los supermercados y otras tiendas en que los cajeros humanos se cambian por máquinas”, manifestó el legislador.
Según el Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Universidad Católica (Clapes UC), el 17% de los trabajos en Chile tienen un alto riesgo de automatización; es decir, cerca de 1,1 millón de empleos en el país arriesgan que sean desarrollados por robots en el futuro, desplazando a las personas.
Otro de los retos de la IA es determinar responsabilidades penales y civiles en caso de un accidente. En relación con este punto, el congresista expresó que “¿quién tiene la responsabilidad en un accidente con heridos o con personas fallecidas en el que una Inteligencia Artificial iba al mando como puede ser con un vehículo autónomo, un dron (transportando pasajeros o si cae arriba de alguien) o en el armamento de guerra (misiles inteligentes)? Estas respuestas las tenemos que resolver con leyes y normativas que hoy no existen en nuestra legislación, por lo que si fuimos pioneros con los neuroderechos, deberíamos serlo también en estos otros aspectos de la tecnología y Transformación Digital, que no son ciencia ficción, son nuestro presente y futuro”.
Cabe destacar que el representante de la región de Valparaíso ha sido uno de los que más ha promovido estos temas en la Cámara Alta y en diferentes instancias como seminarios y eventos como el Congreso del Futuro y foros internacionales.
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Fuente: PURANOTICIA