Señor Director
En su editorial titulado: “Mantener la bicameralidad, pero abrirse a su revisión”, plantea de manera acertada “manteniendo la bicameralidad, perfeccionen el sistema”. Allí cabe evaluar, por ejemplo, reservar el control legislativo del Senado “para proyectos que toquen materias estratégicas para el país”. Efectivamente, en la nueva administración regional, el Senado es el único balance político a los nuevos gobernadores, al representar sus integrantes al igual que él a todo el territorio. Los diputados solo representan una parte (distrito). A partir del 11 de marzo el Senado por primera vez quedará constituido plenamente, dándole poder y representatividad efectiva a las regiones y en la que la Región Metropolitana tendrá una representación de solo el 10% (5 senadores). En un Parlamento unicameral retendrían una gran mayoría. En este contexto cobra relevancia que en el Senado sólo se renueve la mitad de sus integrantes cada 4 años, lo que se traduce en más estabilidad al país en los acuerdos políticos de largo plazo. El Senado no solo aporta un contrapeso adecuado para balancear el poder legislativo y la administración regional sino que además permite darle al país mayor estabilidad en el largo plazo. Basta con observar el ejemplo en Perú para darnos cuenta que no es el camino adecuado para nosotros. La Bicameralidad es necesaria para la estabilidad democrática de la nación.
Kenneth Pugh O.
Senador por Valparaíso
Medio: La Tercera
