La semana pasada se conoció, a través de la prensa argentina, el contenido de una nota de reclamo formal de Chile al vecino país por los contenidos y afirmaciones que plantea la Directiva de Política de Defensa Nacional (DPDN) trasandina, en la que ese país se atribuye controles conjuntos sobre zonas magallánicas y antárticas de soberanía exclusiva y única chilena. Lo anterior, sin duda, vulnera los acuerdos vigentes que establecen que el Estrecho de Magallanes, incluidas sus dos riberas, es territorio soberano chileno, tal como lo establece el Tratado de 1881 y es reiterado en el Artículo 10° del Tratado de Paz y Amistad de 1984.
Lo señalado en el documento, publicado el 19 de julio y que no ha sido corregido oficialmente, evidencia una aspiración deliberada, sistemática, inamistosa e inaceptable que pasa por alto todos los tratados y, sobre todo, violenta la voluntad de Chile de mantener buenas relaciones con Argentina. En este contexto, nuestra Cancillería reiteró con contundencia las Notas (N° 8367 de 24 de junio de 2009, N° 3218 de 11 de mayo de 2020 y N°294/20 de 30 de junio de 2020) en que declaró inoponible para Chile el trazado limítrofe de la plataforma continental extendida reclamada por Argentina en un sector al sur de Tierra del Fuego, desde el punto RA-3458, pasando por el punto RA-3839 y concluyendo el punto RA-3840, reservándose todos sus derechos tanto en ese sector como respecto de la plataforma continental del Territorio Chileno Antártico.
Es relevante reconocer que las relaciones de Chile con Argentina conforman un todo coherente que abarca la disputa por Campos de Hielo Sur, la pretensión argentina en torno a una plataforma continental extendida más allá del punto F del Tratado de Paz y Amistad de 1984, los reclamos de soberanía sobre el Territorio Antártico Chileno y la visión estratégica de la zona austral del país. Estos no son tiempos para tratar de sacar ventajas políticas pequeñas con trazas populistas. Chile y Argentina son dos Estados llamados y destinados a ser buenos vecinos. Chile es el país más austral del mundo y jamás va a renunciar a esa condición. El Estrecho de Magallanes, el Canal Beagle y el Cabo de Hornos son chilenos.
Todos los pasos naturales entre el Atlántico y el Pacifico son chilenos, de soberanía chilena, en forma indiscutida. Cualquier referencia en forma distinta es inamistosa. Nuestra proyección a la península antártica es natural y está históricamente validada. Son los intereses nacionales los que están en juego y se debe actuar en concordancia con el valor que ellos tienen. Chile es un país tricontinental: Polinésico, Americano y Antártico y nunca vamos a claudicar en nuestros derechos. Ser el país más austral del mundo implica que no hay nadie más donde nosotros ejercemos soberanía y no estamos dispuestos a que esta realidad cambie.
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Fuente: El Mercurio de Valparaíso
