10 de Febrero 2021
Por Kenneth Pugh, senador por Valparaíso
Un gran éxito y una demostración de eficiencia ha logrado la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) al conseguir una alta oferta en la licitación de 20 Mhz, del espectro en 700 Mhz, para comenzar a habilitar el 5G en nuestro país.
El espectro electromagnético, al ser un bien nacional de uso público, pertenece a todos los chilenos y sin duda las 366 nuevas localidades que serán conectadas se van a beneficiar directamente de este logro. Pero este no es un esfuerzo aislado y los recursos que se recaudarán, ascendentes a 82,5 millones de dólares, forman parte de un programa estratégico de alto impacto para el futuro del país. En efecto, la licitación y la llegada a Chile de la tecnología 5G son esfuerzos de modernización para proyectar a nuestro país al futuro. Sin este programa, Chile llegaría tarde a la revolución tecnológica que ya está siendo implementada en los países más avanzados.
En tiempos de pandemia y de múltiples necesidades, cuando se consigue una significativa inyección de recursos por la licitación de un bien público, es imprescindible apelar a una virtud muy preciada que marca la diferencia entre la inmediatez y la visión estratégica del futuro. Me refiero a la disciplina. Hemos sido testigos durante el año 2020 de la importancia del acceso a la tecnología en todo el territorio nacional. Una conectividad pobre o inexistente discrimina y segrega a localidades completas. Teletrabajo, educación a distancia, conectividad familiar en el aislamiento, telemedicina, "e-commerce" y sobre todo, el derecho de cada ciudadano a conectarse con el Estado, sin filas y esperas presenciales sino digitalmente para sus trámites, son servicios que tienen que estar disponibles para todos y en todas partes, para no generar brechas digitales inaceptables.
Los 82,5 millones de dólares que ingresan a las arcas fiscales deben ser empleados para permitirles a todos los chilenos acceder a un buen ancho de banda digital y a comunicaciones estables, robustas y seguras. ¡Tenemos tanto por hacer para disminuir la brecha digital que agobia a tantos compatriotas y limita sus posibilidades de futuro! Por ejemplo, tenemos que llegar con tecnología a las localidades remotas y estratégicas que no califican en los estudios de evaluación social por su baja población, pero que son trascendentes por los accesos oceánicos o limítrofes como las comunas de Guaitecas, Lago Verde y en especial Villa O'Higgins, por su relación con nuestros Campos de Hielo Sur. Parte de lo recaudado debe ir a fortalecer el tendido de cable de fibra óptica austral. No olvidemos nuestros territorios especiales, Rapa Nui y Juan Fernández, consagrados así en la constitución, que no deben quedar afuera del nuevo cable de fibra óptica transpacífico que unirá la región de Valparaíso con Nueva Zelandia y Australia. Estos recursos nos permiten soñar con un Chile inclusivo y digitalmente conectado. Un programa estratégico de futuro no sirve de mucho si no es inclusivo. ¿Qué podría ser más justo entonces que otorgar el mismo acceso y ancho de banda a todas las comunas, independiente de dónde ellas estén localizadas o de la cantidad de sus habitantes?
Tampoco podemos dejar fuera de nuestra visión estratégica a nuestro territorio antártico chileno. Puerto Williams es la ciudad más cercana a la Antártica y es de toda lógica que sea Chile quien preste los servicios de conectividad a todos los científicos e investigadores en el continente helado. Toda esta nueva visión de futuro, de un Chile conectado, aprovechando todas las oportunidades de una nueva revolución tecnológica requiere con urgencia de una inversión importante en el desarrollo de conocimiento propio en ciberseguridad. Necesitamos formar una masa crítica de profesionales que sean habilitadores de este gigantesco paso adelante para el país. Una parte de los recursos debe financiar también al Inciber, el Instituto Nacional de Ciberseguridad de Valparaíso.
En estos momentos de prueba, pero también de definiciones para aprovechar las oportunidades necesitamos de una visión estratégica clara y de disciplina. Subtel ha dado un paso muy importante al lograr optimizar los recursos de la licitación. El desafío ahora es poner a trabajar esos recursos, en forma rápida y eficiente, para lograr un Chile digital, conectado, más justo, integrado, inclusivo y seguro.
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Fuente: La Tercera